Las vitaminas son totalmente necesarias para que el cuerpo trabaje bien y disfrutemos de una salud óptima. Su carencia causa muchos problemas, que tienen fácil solución si se sigue una dieta equilibrada y rica en nutrientes. Esto es clave para aquellos sectores de la población que necesitan un mayor aporte, como las embarazadas, los niños, los ancianos, los veganos y vegetarianos, los deportistas, los fumadores y las personas con estrés.
Para que conozcas la importancia de cada vitamina, te detallamos para qué sirven, qué trastornos previenen y dónde las encontrarás. Si se sigue una dieta variada y se goza de buena salud no son necesarios, y antes es mejor consultar con un médico. Por otro lado, sufrir un déficit puede provocar enfermedades, así que llena tu dieta de vitaminas y cuídate por dentro.
Vitamina A, mejora la vista y fortalece los huesos
Entre sus funciones esta vitamina ayuda a mantener una buena visión y mejora el crecimiento óseo. También estimula el sistema inmune, favorece la regeneración de las células de la piel, cuida nuestro cabello y nos protege de los rayos ultravioleta. Si tienes deficiencia de ella puede producir problemas de acné. y de vista, dificultando especialmente la visón nocturna. En el caso de niños y adolescentes, su déficit podría causar trastornos en el crecimiento y en la formación de los huesos. Se encuentra en los lácteos enteros, verduras de hojas verdes, huevos y en frutas y hortalizas con pigmento naranja y amarillo (zanahoria, calabaza, pimiento amarillo, nectarina, melón, albaricoque, etc.).
Vitamina B, un grupo muy completo
Está vitamina está formada por un grupo de ocho vitaminas, entre las que destacan la B1, B2, B12 y el ácido fólico (B9). Es la principal responsable de la obtención de la mayor parte de energía que nuestro cuerpo necesita, favorece el sistema nervioso y el inmunológico, y es muy importante para mantener la salud de nuestro corazón. Si a tu cuerpo le falta esta vitamina puedes sentir agotamiento crónico, falta de concentración, irritabilidad, ansiedad, insomnio, indigestión, erupciones y manchas cutáneas, hormigueo y entumecimiento en los dedos de manos y pies, y dolor de espalda y lumbar. Se encuentra en las carnes, los pescados, los huevos, los cereales integrales, las legumbres, el arroz, los lácteos, el hígado, los frutos secos y los vegetales de hoja verde.
Vitamina C, antioxidante
Adema´s de estimular las defensas, la vitamina C repara los huesos, protege nuestro corazón, fortalece dientes y enc.as, evita el envejecimiento prematuro y las enfermedades degenerativas como el Alzheimer. Su alta capacidad antioxidante también mejora la elasticidad de la piel y estimula la formación de colágeno. En el caso de que tus niveles de vitamina C sean bajos puedes sentirte cansado, con debilidad, irritabilidad y constantes cambios de humor, aparición de hematomas, problemas dentales y gingivales, piel y cabello secos, anemia y dolor en las articulaciones. Los más ricos en vitamina C son los cítricos (naranjas, limones, kiwis, etc.), las fresas, el pimiento rojo y las verduras de hoja verde.