El calor, la exposición al sol y las altas temperaturas son algunas de las razones por las cuales podemos llegar a sentir que nuestra piel se reseca. Esto resulta ser algo muy incómodo ya que la tirantez de la piel puede generar picor y hasta provocar grietas en nuestro cuerpo. Es por ello que mientras antes lo detectemos, podremos tomar acciones para resolverlo.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es el tipo de resequedad que tenemos, ya que esto nos indicará que es lo que podemos hacer. Podemos encontrarnos con tres tipos de resequedad en la piel. Piel seca: se percibe como una ligera incomodidad y poca sensación tirante, sentimos una sensación fuerte de incomodidad y de tirantez. Podemos observar grietas y fisuras. La piel áspera: es la sensación de tener la piel rugosa y con asperezas que pueden manifestarse en manchas y con irritaciones.
En cualquiera de estos casos lo primero que debes hacer es hidratar tu cuerpo por dentro. Esto ayudará a que la piel comience a recuperar la humedad y elasticidad que ha perdido. Para ello puedes ponerte alarmas que te recuerden cuando tomar agua o llevar contigo una botella siempre cargada.
Para tratar el problema a nivel externo podemos utilizar cremas, aceites o lociones que nos ayuden a resolver la sequedad. Encuentra la fórmula que mejor se adapte a tu piel y presta atención a cómo reacciona tu cuerpo luego de que la coloques. Recuerda que si bien tratar la piel por fuera es importante, la hidratación interna es esencial para que el problema no persista en el tiempo.
Para lograr resolver el problema de la resequedad en la piel comenzaremos por evaluar nuestra situación, hidratamos el cuerpo por dentro y por último podemos escoger el producto o la receta casera que consideremos adecuada. Si bien son muchas las cosas que puedes hacer por tu propia cuenta para mejorar el aspecto de tu piel seca, es importante que si no notas ninguna mejoría o sientes dolor consultes de inmediato a tu médico de cabecera.