En la vida agitada y a menudo estresante de hoy en día, es fácil perder de vista las cosas simples pero fundamentales que hacen que nuestra existencia sea posible. Entre las demandas del trabajo, la familia y las responsabilidades diarias, a veces olvidamos detenernos y expresar gratitud por las bendiciones que recibimos, especialmente por algo tan básico como la comida y el techo sobre nuestras cabezas. Con esta oración que te proponemos, eso no volverá a suceder.
La oración de agradecimiento por los alimentos es una forma simple pero poderosa de recordarnos a nosotros mismos la importancia de ser conscientes de las bendiciones que recibimos cada día, de estar más presentes en lo pequeño, en lo cotidiano. Por este motivo, al tomarnos un momento para reflexionar y expresar gratitud antes de comer, estamos cultivando una actitud de aprecio por la vida y todo lo que ella nos brinda.
Esta oración puede ser personalizada de acuerdo a las creencias y tradiciones que tengas arraigadas desde siempre, pero su propósito fundamental es el mismo, ya que se trata reconocer la abundancia que nos rodea y expresar gratitud por ella. Ya sea que recemos en silencio antes de una comida familiar, el acto de dar gracias por los alimentos nos conecta con algo más grande que nosotros mismos.
Algunas personas eligen recitar una oración específica antes de cada comida, mientras que otras prefieren expresar gratitud de una manera más informal y personal. Lo importante es encontrar una forma de dar gracias que resuene con nosotros y nos ayude a conectarnos con un sentido más profundo de gratitud y apreciación por la vida. Nosotros te ayudaremos con una plegaria que pude servirte de ejemplo.
Oración para agradecer por los alimentos
La oración es la siguiente: "¿Qué me sucederá hoy, Dios mío? Lo ignoro. Lo único que sé es que nada me sucederá que no lo hayáis previsto, regulado y ordenado desde la eternidad. ¡Me basta esto, Dios mío, me basta esto! Adoro vuestros eternos e imperecederos designios; me someto a ellos con toda mi alma por amor vuestro. Lo quiero todo, lo acepto todo, quiero haceros de todo un sacrificio. Uno este sacrificio al de Jesús, mi salvador y os pido en su nombre y por sus méritos infinitos, la paciencia en mis penas y una perfecta resignación en todo lo que os plazca que me suceda. Amén.