Ser parte de la familia real trae aparejados muchos beneficios que el resto de los mortales no poseen. Sus vidas son un verdadero lujo y tienen las comodidades que todos desean o que sueñan con tener alguna vez en sus vidas. Lo que pocos saben es que dentro de la misma familia también existen distintos privilegios y no se trata a todos los integrantes de la misma manera por parte de la Reina Isabel II.
Este es el caso del hijo mayor de la reina Isabel II, el príncipe Carlos, quien tiene un trato preferencial con el resto. El asunto es que la dueña de todas las propiedades de la corona real británica es la reina Isabel II, ella decide cómo se utilizan y quienes viven en ellas. De este modo ella puede decidir quien paga una renta y quien vive de manera gratuita.
En este punto es en el que el príncipe Carlos sale ampliamente beneficiado con respecto a sus hermanos. Tanto él como su esposa Camila, no pagan ningún tipo de alquiler para poder vivir en las propiedades reales. Su madre les permite vivir sin renta en cualquiera de las propiedades que pertenecen a la corona.
Los arrendamientos de este tipo de propiedades los maneja una especie de inmobiliaria real llamada The Crown Estate, la cual se encarga del cobro de los alquileres de las propiedades de la reina Isabel II, o mejor dicho, de la corona real. Por ejemplo, los Condes de Wessex viven en una de las propiedades reales. El nombre del inmueble es Bagshot Park y para vivir allí debieron firmar un contrato a 150 años por el que debieron pagar 6 millones de euros.
O el caso del Duque de York quien reside en Royal Lodge. Allí vive con Sarah Ferguson y tiene un contrato por 75 años por el que debió pagar la suma de 1 millón de libras esterlinas. La cifra no es para nada enloquecida considerando que serían unos 250 euros a la semana que es lo que paga casi cualquier ciudadano de la unión europea.