La Reina Victoria fue monarca de Gran Bretaña e Irlanda desde 1837 hasta 1901. Es conocida por ser la segunda royal más longeva en la historia del Reino Unido, y fue testigo de una transformación significativa en la sociedad británica. Su majestad, fue descrita como intensa y apasionada y también se dice que era trabajadora y comprometida, y que se tomaba muy en serio sus deberes y responsabilidades como monarca.
No es de extrañar entonces que una personalidad tan fuerte y que ha pasado a la historia con tanto respeto como la Reina Victoria, utilizara un perfume que dejase al desnudo su carácter y que mostrase en sus notas, aquellas pequeñas cosas que eran importantes y necesarias para la royal.
En aquella época William Sparks Thomson, un fabricante de perfumes, logró en 1865 crear el primer perfume extra concentrado llamado Crab Apple Blossom. El elíxir fue todo un éxito gracias a su aroma a lavanda y a las sales revitalizantes que contenía y la propia Reina Victoria quedó cautivada por la fragancia. De hecho, permitió que se utilizara el símbolo de la corona en los frascos. Esta marca se convirtió en una de las más populares en la época y su influencia se extendió durante décadas.
La marca Crab Apple Blossom tuvo un papel relevante en la historia de la perfumería, y sigue siendo respetada y valorada por su legado. En el siglo XXI, Clive Christian, un empresario británico, adquirió la marca favorita de la Reina Victoria y decidió darle un nuevo impulso. La relanzó bajo su propio nombre y la convirtió en una firma de perfumería de alta gama y exclusiva.
La marca Clive Christian se ha hecho un hueco en el mercado de la perfumería de lujo y es conocida por sus fragancias elaboradas con ingredientes de la más alta calidad. Hoy puedes conseguir este perfume, el favorito de la Reina Victoria a un precio de 450 euros en sitios como Isolée o Abanuc.